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El Punto G: ¿ Existe realmente?



El conocido como punto G, realmente llamado punto Gräfenberg, es una zona erógena situada en el interior del tracto vaginal, cuya estimulación desembocaría en una fuerte excitación sexual, produciendo fuertes orgasmos y la eyaculación femenina. Partiendo de la base de que el orgasmo femenino es algo complejo de conseguir tan solo con la penetración, habiendo estudios que calculan que solamente alrededor del 18% de las mujeres llegan al orgasmo solamente siendo penetradas, sin ningún tipo de excitación con las manos, la boca o de otras zonas como el clítoris, como afirma por ejemplo la marca de juguetería sexual LELO. Es debido a estos datos, al igual que aquellos que indican la baja media en que las mujeres suelen llegar al orgasmo en sus encuentros sexuales, los que producen una mayor “importancia” de la posible existencia del punto G.

El descubridor del punto G, o al menos el primer investigador en referirse a él, fue el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, tras emigrar a Estados Unidos para poder seguir estudiando el aparato genital femenino tras el ascenso de Hitler en Alemania. Gräfenberg descubrió una zona de alta erogeneidad en la pared anterior de la vagina, la cual relacionó con el orgasmo y la eyaculación femenina en su artículo «The role of the urethra in female orgasm» , publicado en el International Journal of Sexology en 1950.



Sin embargo, no fue hasta 2008 que Emmanuele Jannini, sexólogo de la Universidad de L’Aquila, en Italia, publicaba pruebas de la existencia certera del punto G en “The Journal of Sexual Medicine”. A pesar de ello, su investigación también podría haber revelado que, aunque el punto G existe, no se encontraría en todas las mujeres. Jannini añadió que existiría la posibilidad de determinar la forma y tamaño de la capa trasera al muro vaginal, donde se ubicaría el punto G a partir de una radiografía o un ultrasonido.

Posteriormente, en 2009, el King’s College de Londres realizó diferentes estudios que, por un lado, determinaba que la existencia del punto G podría ser subjetiva e incomprobable; por otro lado, sí se encontró evidencia suficiente de que el punto G existiría en la mujer y participaría de forma directa en las llegadas al orgasmo. Sin embargo, muchos investigadores consideraron esta investigación inadecuada por su metodología, pudiendo dar lugar a resultados inconcluyentes.

En 2012 el punto G volvió a estar en duda debido a nuevas polémicas surgidas por la publicación del The Journal of Sexual Medicine, el cual realizaba una revisión de todos los estudios publicados sobre el tema hasta el momento. En él, se afirmaba que, con las técnicas utilizadas, las investigaciones publicadas hasta el momento y la ausencia de pruebas suficientes, la comunidad médica no podría considerar que el punto G existiera.



Realmente, a pesar de conocerse como “punto”, realmente se trataría de una pequeña zona eréctil de la zona superior frontal de la vagina y que puede aumentar y disminuir su tamaño dependiendo de la excitación. Esta zona presiona con la esponja uretral, una zona con una altísima cantidad de terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos que llevan a que sea una zona muy sensible.

Fue en 2014 Emmanuel Jannini quien, para tratar de esclarecer toda la polémica, determinó en un estudio publicado en Nature Review Urology aclaraba que el punto G no se trataría de una zona completamente diferenciada como sí, sino que se trataría de un conjunto de órganos al cual decidió denominar Complejo Citouretrovaginal.

Sí se ha demostrado que esta zona, con una adecuada estimulación, puede producir orgasmos de gran intensidad y provocar la emisión involuntaria de lo conocido como “eyaculación femenina”, que consiste en la expulsión involuntaria de un líquido incoloro muy parecido al pre-cum masculino y cuya función es una correcta lubricación del tracto vaginal para facilitar la penetración, humedeciendo además la zona de forma suficiente para que se facilite el desplazamiento de los espermatozoides hasta posible llegada al óvulo.



Para encontrar el punto G, lo primero es una correcta excitación. Sin ella, esta zona no sobresaldría lo suficiente como para poder ser diferenciada del resto del interior de la vagina. Su localización exacta está entre los 2,5 y los 7,5 centímetros desde la entrada de la vagina, dependiendo del cuerpo de cada mujer.


Si quieres más información puedes consultar estos videos explicativos de Platanomelon y Diversual, tiendas online de productos sexuales y especialistas en la materia, sobre la ubicación y estimulación del Punto G:





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