No es posible concebir mejor manera de abrir una página de sexología enfocada a los jóvenes que con una entrevista a profesionales de la Conselleria de Salut i Consum de les Illes Baleares, quienes se encuentran en la elaboración del programa de educación sexual y afectiva llamado "Amb tots els sentits", destinado a los centros educativos de enseñanza obligatoria para ser implementado por el personal docente.
Margalida Ordinas y su compañera Maria Tomàs, responden desde su experiencia profesional a dieciséis de las muchas cuestiones que enmarcan en nuestro día a día la vida sexual de los jóvenes.
S:¿Cree que a día de hoy el sexo y todo lo que gira en torno a él se ha normalizado lo suficiente, perdiendo esa etiqueta de “tema tabú”, o por el contrario sigue habiendo desconocimiento e inseguridad en torno e él?
M: El sexo, a pesar de lo que ha evolucionado nuestra sociedad, sigue siendo un “tema tabú”. Cuando se habla de sexualidad aparecen risas, nerviosismo, vergüenza… lo que indica que aún no es un tema que esté normalizado.
S: ¿Cree que, por lo general, los jóvenes de entre 18 a 26 años de hoy en día saben realmente y bien sobre sexo? ¿O por el contrario sigue habiendo muchos mitos, creencias falsas y desconocimiento?
M: La mayoría de jóvenes no han tenido acceso a una educación sexual integral, en algunas ocasiones han recibido una “educación sexual” centrada en la prevención de embarazos e infecciones de transmisión sexual. También han aprendido a través de sus amigos o sus amigas, de películas pornográficas, revistas, comentarios jocosos…, información obtenida de fuentes poco fiables que perpetúan algunos mitos sobre la sexualidad.
S: ¿Diría que actualmente gran parte de los jóvenes “aprende” sobre sexo a través de la pornografía? ¿Hasta qué punto puede ser esto algo negativo y por qué? ¿Qué se podría hacer para solucionarlo?
M: Actualmente el acceso a la pornografía a través de internet es muy fácil, donde se conserva el anonimato y muchas de las películas son gratuitas. El acceso a los contenidos pornográfico se sitúa entre los 9 y los 13-14 años, edades en las que aún no se dispone de más información sobre sexualidad y estas películas se pueden usar como un modelo a seguir en las relaciones sexuales.
El porno puede influir en el imaginario sexual y en la incorporación de modalidades de relación erótica y afectiva lejanas de las que propician una sexualidad sana y gratificante si no se tiene claro que son películas de ficción donde se muestran cuerpos perfectos irreales, roles sexuales hombre-mujer muy marcados que perpetúan los roles sexuales convencionales no igualitarios (relaciones básicamente coitocéntricas, sin protección, sin afecto, la mujer es el objeto de placer del hombre, todo empieza y acaba con la erección, relaciones de dominación masculina y sumisión femenina, violencia hacia la mujer …), en el porno gay dirigido a homosexuales se refuerza roles de hipermasculinidad (dominación, control, poder, violencia…) que puede distorsionar la identidad de la masculinidad saludable y libre.
Este contenido puede influir sobre las actitudes sexuales, los valores morales y la actividad sexual de la juventud. Los hombres son los grandes consumidores y los que presionan más a sus parejas sexuales para realizar cambios en las prácticas sexuales.
Es importante que la juventud distinga entre la realidad y la ficción, que sea crítica con lo que ve y para ello, es importante haber contado con una buena educación sexual integral.
S: ¿Es la educación sexual todavía a día de hoy un tema pendiente en los centros educativos? ¿Cómo cree que se debería solucionar o qué medidas implementar?
M: Sí, una educación sexual integral en los centros educativos es un tema pendiente. La educación sexual integral no se centra sólo en la prevención de infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados, sino también en la sexualidad (el proceso de sexuación, el sexo, la expresión de género, la identidad sexual o de género, la orientación sexual, la salud sexual y los derechos sexuales), las necesidades afectivas y los vínculos afectivos, los sentimientos y las emociones, la asertividad y la autoestima, el erotismo, el arte de amar (los afectos sexuales: deseo, atracción, enamoramiento y amor, la seducción y el flirteo, las relaciones de pareja: los celos, las buenas relaciones y las relaciones tóxicas), los principios éticos de las relaciones ( el consentimiento, el placer y el bienestar compartido, la igualdad, la honestidad y la salud).
La educación sexual al ser un derecho recogido en leyes internacionales, nacionales y autonómicas, se debería de garantizar a través de los planes de estudios universitarios (educación infantil y educación primaria y en el máster del profesorado) para que las y los futuros docentes salgan con la preparación necesaria para tratar este tema en las aulas, y con la incorporación de la educación sexual integral en los planes de los centros educativos.
S: ¿Cuál diría que son actualmente los mayores miedos e inseguridades respecto a la sexualidad que se encuentran entre los jóvenes de 18 a 26 años?
M: Los miedos o preocupaciones que se pueden tener en estas edades son diversos desde miedo a no tener pareja cuando se desea tenerla, a no haber tenido una relación coital, a tener un rendimiento sexual “adecuado”, al gatillazo, a no llegar al orgasmo, al compromiso de pareja, al embarazo y bastante menos a las infecciones de transmisión sexual, a terminar realizando alguna práctica sexual que no se desea como puede ser la felación y el sexo anal…
S: ¿Cuáles son los problemas sexuales más comunes entre este rango de edad?
M: Los problemas sexuales más habituales en estas edades son la eyaculación precoz; el vaginismo; la falta de deseo; la creencia que las prácticas sexuales habituales son las aprendidas a través de la pornografía, con los problemas posteriores que esto puede ocasionar; el desconocimiento de la propia sexualidad y ritmo sexual…
S: ¿Por lo general, cual diría que es la actitud general de los jóvenes ante el sexo?
M: En las actitudes sexuales influyen de manera considerable diferentes variables: individuales (personalidad, autoconcepto, autoestima…), familiares (actitudes parentales) y sociales (haber tenido o no educación integral en sexualidad) por lo que es difícil generalizar sobre la actitud de la juventud frente al sexo.
S: La serie SexEducation ha cosechado muchos éxitos entre el público de todas las edades, ¿Cree que sería bueno que cosas de la serie, como las consultas sexológicas en un instituto, se implementaran en la vida real? ¿Diría que la serie transmite una visión y un mensaje correctos en cuanto al sexo?
M: La serie aborda, de una manera fresca y no moralizante, diferentes temas que pueden preocupar a cualquier adolescente o joven en relación a la vida sexual. Ofrece unos mensajes muy correctos, dejando claro que las relaciones sexuales tienen que ser placenteras, aunque no siempre son así, sobre todo al principio.
Si la educación sexual integral se diera en los colegios e institutos no sería necesaria una consulta sexológica, pero mientras llega esta educación, una consulta sexológica en los centros educativos puede ayudar a solucionar dudas y preocupaciones y a vivir la sexualidad de una manera más tranquila y plena.
S: A día de hoy, ¿Cuál se podría decir que es la edad a la que la mayoría de los jóvenes empiezan a tener sus primeras experiencias sexuales?
M: Según diferentes estudios en España la media de edad de la primera relación coital en adolescentes se sitúa alrededor de los 16 años, siendo las primeras experiencias sexuales no coitales anteriores a esta edad.
S: ¿Cree que existe presión social para iniciarse en el sexo a determinadas edades? ¿Es algo común que una persona pueda sentirse obligada a tener sexo por evitar las connotaciones negativas que pueda tener la etiqueta de “virgen”?
M: A determinadas edades sí que existe una cierta presión social para tener relaciones sexuales. Está presión puede venir del grupo de iguales o de la propia pareja. La presión o la necesidad de no quedarse atrás en relación a sus amistades puede ocasionar que se tengan relaciones, aunque no se deseen o no se esté preparado o preparada para ello.
S: A día de hoy, ¿Siguen los jóvenes centrando sus relaciones sexuales en la penetración y el orgasmo masculino como eje principal de toda la práctica?
M: Sigue siendo un mito que una relación sexual satisfactoria ha de incluir la penetración, y que únicamente con la penetración se puede llegar al orgasmo. Tanto el hombre como la mujer pueden llegar al orgasmo sin necesidad de penetración.
El orgasmo masculino que se consigue a través de la penetración nunca puede ser el objetivo de una relación sexual. El sexo compartido implica toda la persona y pone en juego todas las zonas eróticas y sobre todo la capacidad de comunicación y complicidad en una pareja. Entendido así, las formas de llegar al orgasmo a través de una relación de placer son múltiples y dependen de cada pareja y de cada ocasión.
S: ¿Hasta qué punto puede ser cierto o hay estudios sobre si los hombres realmente tienen menor capacidad de razonamiento ante un estímulo sexual que una mujer?
M: Históricamente las mujeres han tenido una educación represora de su sexualidad, y los hombres una educación coitocéntrica, con poca implicación emocional, por este motivo cualquier estudio que pueda concluir que los hombres tienen menos capacidad de razonamiento ante un estímulo sexual tendría que haber sido diseñado considerando la importante distorsión que pueden suponer estas variables.
S: ¿Es normal dudar sobre la orientación sexual y los gustos personales?
M: Sí, sobretodo en un entorno social que aún considera la heterosexualidad y la sexualidad coitocéntrica, como norma, sin contemplar la diversidad sexual humana tanto en la identidad y orientación sexual como en el imaginario erótico y las prácticas sexuales.
S: ¿Cuáles consideraría que son las conductas más tóxicas respecto al sexo en el día a día?
M: Es tóxica cualquier conducta que no respecte los principios éticos de las relaciones: el consentimiento, el placer y el bienestar compartido, la igualdad, la honestidad y el cuidado de la salud.
S: ¿Hay realmente mucho estigma e inseguridad respecto a las tallas, los tamaños, etc. del cuerpo en relación al sexo? ¿Qué consejos daría al respecto?
M: Hoy en día el bombardeo continuo que padecemos con imágenes que enseñan cuerpos “perfecto irreales” genera expectativas de belleza estereotipada y unos ideales de belleza que dificultan la aceptación del propio cuerpo y el desarrollo de una autoestima sana que puede afectar negativamente a la hora de tener relaciones sexuales.
A menudo olvidamos que no hay una persona igual, que cada cuerpo es diferente y que la belleza no es un concepto absoluto, que lo que gusta a unas personas puede no gustar a las demás. Lo que es importante es conocerse, amarse, cuidarse y disfrutar del cuerpo. Cada persona tiene su propio atractivo independientemente de cómo sea su cuerpo, su personalidad y sus cualidades personales. Lo que hace atractiva a una persona es el respeto y la estimación que siente hacia ella misma.
S: ¿Cuál considera que es la mejor manera de poder disfrutar de una vida sexual saludable en todos los sentidos?
M: La mejor manera de vivir la sexualidad es hacer lo que se quiere hacer, sin presiones. La sexualidad se expresa de forma distinta en cada etapa de la vida, según sea el estado físico y emocional. Somos seres sexuados pero las prácticas sexuales no son una obligación, han de ser fruto del deseo y de una buena relación consigo mismo o con las personas con quien se compartan.
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